Gambullón

Hace tiempo, leí en un viejo libro, que en época árabe la roca donde se erige el pintoresco pueblo de Salobreña estaba rodeada por el mar. Había un famoso embarcadero llamado Gambullón, en donde los árabes atracaban sus navíos procedentes del mar. Hoy en día Salobreña esta rodeada de tierra, y el mar ha retrocedido alrededor un kilómetro desde la roca. El Gambullón, que antiguamente era un famoso embarcadero, actualmente es un pequeño nacimiento de agua, al que los salobreñeros acuden a llenar cántaros y botellas con el sabroso líquido.

Kiyomizu-dera

Kioto es la ciudad de los templos, después de visitarla entenderemos por qué se la conoce como la ciudad santa, de todos sus monumentales santuarios el que más me impresionó fue Kiyomizudera, a diferencia de otros templos en los que para entrar deberemos soltar a buda un económico donativo, Kiomizudera, libre de sectas y clanes devotos, es el templo de todo el mundo. El único requisito para ver esta ancestral maravilla zen, será subir la empinada loma a través de Kiomizu-michi, durante mil años los peregrinos han hecho este camino para rezarle a la imagen de kanon de 11 cabezas que se encuentra en el interior. Allí podremos beber el agua pura de Ryu, el dios dragón, Kiomizu significa agua pura.. Una vez dejado atrás el lugar, y observándolo desde la loma opuesta, me impresionaron aquellos enormes cedros y pinos, que apiñados en gigantesca masa arbórea, parecían los mudos guardianes de aquel lugar, en contraste, los japoneses aparecían empequeñecidos por la distancia. El pueblo profano nipón, al que si el ingenuo extranjero le preguntara por su religión, le respondería sin pestañear que es sintoísta, budista, cristiano, de todas ellas a la vez o simplemente ateo, el mismo pueblo que, sin embargo, cada semana acudirá religiosamente al templo a rezar y a pedir ofrendas.